La formación de ser un docente en el siglo XXI, es un reto de
nuestros días producto de la volatilidad de los nuevos desafíos y desarrollo
que se experimenta en el mundo científico tecnológico.
Al igual que la formación y la capacitación de nuevos saberes y
la adaptación a la tecnología es una de forma estratégica que el docente del
siglo XXI debe asumir como herramienta praxiologica y útil para asumir los
cambios y transformaciones que se experimenta en este sector educativo.
La tarea docente universitaria en el siglo XXI, es tan compleja
que exige al profesor el dominio de unas estrategias pedagógicas que faciliten
su actuación didáctica. Por ello, el proceso de aprender a enseñar es necesario
para comprender mejor la enseñanza y para disfrutar con ella (Ramsden, 1992).
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